SISTEMAS DE INMOVILIZACIÓN


Sistemas de inmovilización

Para conseguir un máximo de reproductividad en el tratamiento diario se emplean sistemas de inmovilización,  ayudan a mantener la misma posición del paciente durante la planificación y deben ser:

Apropiados para cada zona anatómica
Cómodos
Preparación fácil y rápida
Que no modifiquen en lo posible el campo a tratar
Bajo coste

Los sistemas de inmovilización se pueden clasificar en estándar o inespecíficos e individuales o específicos.

Sistemas de inmovilización estándar o inespecíficos
Estos sistemas están limitados a los materiales que nosotros dispongamos tanto en el simulador como en las diferentes unidades de tratamiento.
Entre ellos podemos distinguir:

Esparadrapos: Son utilizados con frecuencia para inmovilizar la cabeza, se puede colocar tanto en la barbilla, como en la región frontal. Se suelen utilizar en combinación con reposacabezas, consiguiendo que el paciente mantenga la posición adecuada.

Cintas: Se utilizan tanto para inmovilizar como para desplazar partes móviles que no se desea que entren en el campo de tratamiento. Algunas veces se utilizan en lugar de los esparadrapos. Se suelen utilizar en pacientes de muy corta edad o que no son conscientes y no podemos conseguir que mantengan inmóviles ciertos miembros.
Existe otro sistema que se utiliza para ORL o SNC en campos laterales para que los hombros no entren en el campo de tratamiento. Consiste en una especie de cuerda que el paciente se pasa por debajo de la planta del pie y en su parte superior tiene diferentes anclajes para que el paciente coloque sus manos y a sí baje los hombros ya que este sistema sí le obliga.

Almohadas, sábanas o toallas: Principalmente con estos se pretende que el paciente esté más cómodo y por lo tanto que la inmovilización sea efectiva. Las sábanas o toallas se utilizan enrolladas. Por ejemplo para elevar los intestinos en prono y no entren dentro del campo de tratamiento.

Bloques de plomo: Se utilizan sobre todo para la colocación y fijación de los miembros superiores e inferiores.

Reposabrazos: Este sistema se puede adaptar mediante un anclaje a la mesa de la unidad de tratamiento. Este dispositivo puede moverse tanto en altura como longitudinalmente, con lo que podemos conseguir que la posición se repita diariamente. Se usa normalmente en tratamientos de irradiación de mama, en los que se requiere que el brazo mantenga un ángulo 90º.

Reposacabezas: Los hay de poliestireno expandido, aunque actualmente hay en el mercado material más rígidos y con posibilidad de lavarlos, como pueden ser los fabricados en PVC. Estos reposacabezas tienen distintas angulaciones y tamaños según la anatomía cervical del paciente, eligiendo el que más se ajuste a la posición que deseemos conseguir (hiperextensión, flexión). Los reposacabezas se pueden utilizar solos o en combinación con otros sistemas de inmovilización.

Reposapiernas: Al igual que los reposabrazos se sujetan a la mesa de tratamiento de una forma fácil. Son útiles para conseguir la posición ginecológica. Se pueden fabricar reposapiernas individualizados haciendo un contorno de la extremidad del paciente en poliestireno expandido muy útil en sarcomas y melanomas.

Planos inclinados: Es un soporte que mediante un sistema de elevación nos permite situar una angulación adecuada. Deberemos anotar la altura del plano inclinado para que reproduzca diariamente en el tratamiento. El plano consiste en una tabla con una bisagra que nos permite conseguir la angulación adecuada. Para conseguir esa angulación utilizaremos un plomo coma soporte. El uso del plano inclinado está indicado en el tratamiento de mamas grandes para intentar nivelar la diferencia anatómica de la región toráxica anterior.
También es utilizado en mujeres gruesas cuando no es posible realizarle una cuna debido a que esta no entra en el TAC.  Existe actualmente en el mercado nuevos planos inclinados de fibra de carbono que la angulación varía de 5 en 5 grados.

Inmovilizadores de lengua: Depresores de lengua que pueden fabricarse de forma casera con un depresor, gasas y esparadrapo.

Sistemas de inmovilización individuales o específicos
Cuna alfa: Son sistemas utilizados para la inmovilización de cualquier región anatómica. Es un sistema muy adecuado y apropiado al ser individual. Uno de los inconvenientes que puede tener es que no puede ser reutilizado para otro paciente.
El principio en el que se basa la cuna es en una reacción de polimerización exógena que quiere decir que va generando una espuma que crece conforme va desprendiendo calor y finalmente se solidifica. En ese proceso de espumación se va adaptando a la anatomía del paciente, quedándonos lo que será nuestro molde definitivo. Materiales que se utilizan:

Tiras de esparadrapo
Bolsa de plástico tamaño grande
Componente a o polímero
Componente b o monómero

Para elaborarla se pone una bolsa de plástico en mesa de simulación, se sella la parte inferior y los laterales con esparadrapo.
Se le explica al paciente en que consiste la elaboración de una cuna alfa, para que este lo más relajado posible y así pueda colaborar.
Colocamos al paciente en la posición que va adquirir en el tratamiento.
Con esto pretendemos tomar conciencia de cómo nos va quedar posicionado y también de cómo tenemos que distribuir el compuesto vertido.
Levantamos al paciente y nos disponemos a realizar el proceso de polimerización.
Echamos nuestro componente b o monómero en el bote del componente a o polímero, cerramos el bote y agitamos la mezcla durante 20 30 segundos aproximadamente.
Una vez bien movida la mezcla y asegurándonos que ha empezado la reacción vertemos nuestro compuesto dentro de la bolsa.

Sellamos la bolsa y le decimos al paciente que se acueste, no sin antes  advertirle del calor que va a sentir.

Distribuimos bien la mezcla por toda la superficie de nuestra bolsa y realizamos una contención con unos corchos para que, según va espumando el compuesto, se acople perfectamente a la anatomía del paciente.

Posteriormente se pondrán las marcas de referencia que se estimen oportunas para la simulación y para la colocación diaria en la unidad de tratamiento que se realiza mediante los láseres. Una vez acabado el proceso se identifica la cuna con el nombre del paciente y se almacenará hasta su posterior uso.

Lechos de escayola e inmovilizadores pélvicos: Los lechos de escayola consisten en realizar una cavidad con escayola que se adapte a la posición requerida para el tratamiento. Los lechos de escayola ya no se utilizan debido a que es un proceso laborioso y pesado tanto para el paciente como para el personal que lo elabora. Los inmovilizadores pélvicos se componen del mismo material que las mascarillas y su proceso de realización es el mismo lo único que estos se utilizan para la inmovilización de campos pélvicos.

Colchón de vacío: Consiste en una bolsa que su interior tiene bolitas de poliestireno. El paciente se coloca encima del colchón en la posición que precise el tratamiento y se procede a realizar el vacío. Con esto se consigue que el colchón quede rígido con la forma anatómica del paciente.
Estos colchones tienen la misma utilidad que las cunas y sustituyen a los lechos de escayola, ya que son un sistema más rápido, de fácil uso, cómodo para el paciente y además pueden ser reutilizados.
Uno de los inconvenientes que presentan los colchones de vacío es que van desinflando poco a poco en el transcurso de las diferentes sesiones de tratamiento.

Mascarillas termoplásticas:Son utilizadas para la inmovilización de la cabeza en tratamientos de SNC y ORL.
Son sistemas bastante apropiados y adecuados ya que se adaptan a la anatomía facial del paciente. Son muy prácticas ya que tienen una elaboración sencilla y pueden ser reutilizadas varias veces, además tienen la ventaja de que las marcas del campo se realizan sobre la mascarilla y no hay que pintar al paciente en la cara.
Se utilizan con un soporte especial mediante un sistema de anclaje y con un reposacabezas de la inclinación requerida.
Existen diferentes sistemas de anclaje y soporte dependiendo del servicio y de los reposacabezas existentes.
Los materiales que se utilizan en este proceso son:
. Cuba de calentamiento
. Hoja termoplástico
. Reposacabezas
. Bandeja soporte de metacrilato o fibra de carbono (según el caso)
. Malla “mallafix”

Hay que explicarle al paciente en qué consiste la prueba que le vamos a hacer, que la mascarilla no quema, que va a poder respirar bien, que permanezca inmóvil todo lo que le sea posible y que si quiere el brazo.
·         Acostar al paciente, colocarle en posición de tratamiento y elegir un reposacabezas adecuado.
·         Se le colocará una malla en la cabeza del paciente, que evita que la hoja termoplástica se pegue a la piel y al pelo.
·         Introducimos la hoja termoplástica en el agua, que estará a una temperatura de 75º, manteniendo los orificios de anclaje fuera del agua, ya que si se calientan se deforman.
·         En unos instantes la hoja toma una textura elástica y flexible, en ese momento la sacamos de la cuba y se sacude el exceso de agua.
·         Se coloca sobre el paciente y posteriormente introducimos los agujeros de ambos lados en los anclajes del soporte y cerramos la parte de la barbilla y de la frente. Durante unos minutos y esperando a que enfríe, iremos moldeando la mascarilla a la anatomía del paciente hasta que se ponga rígida.
·         Una vez pasado este tiempo se extraerá la mascarilla con la malla, retirando esta última posteriormente. Se identifica la mascarilla con el nombre del paciente y el número, color o letra del reposacabezas utilizado.
·         Posteriormente se realiza la simulación y se dibuja el campo de tratamiento sobre el esparadrapo que pegaremos en la mascarilla.

El inconveniente que tiene la mascarilla es que puede producir claustrofobia al paciente y hay que tener un cuidado especial al hacer la mascarilla para posicionarle bien para que no esté rotado.

Referencia bibliográfica: Apuntes de la asignatura "Simulación del tratamiento" ISEP CEU 2004